Yo elegí si quería conocerte más o guardarte en la lista del olvido. Yo
elegí hablar contigo y no esquivar las miradas, yo elegí enamorarme de
ti. Yo elegí quererte y todas las consecuencias que eso conllevaba.
Elegí que fueses tú quien llenara mi día de sonrisas y mi almohada de
recuerdos. Yo fui quien eligió llorar por ti cuando nadie, ni siquiera
tú, me obligaba a hacerlo. Yo elegí creerme tus verdades y a medias tus
mentiras. Yo elegí que no quería otros brazos que me rodearan la
cintura, ni otros labios que me besasen cuando menos me lo esperaba,
tampoco otras manos que acariciasen mi pelo. Elegí que fueses mi locura y
mi cordura. Elegí hacerme adicta a tus miradas, a tus pequeñas y
adorables manías, a tu risa, a tu forma de hacer las cosas. Adicta a ti.
Yo elegí que fueses mi vida para siempre, arriesgar y jugármela por ti.
Y hasta ahora han sido las mejores decisiones de mi vida.
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