Alguien que me rompa las medias con la boca y luego me compre otras. Que me haga el amor contra la pared y se meta conmigo en la bañera. Que se pierda a mi lado para después rescatarme de laberintos sin sentido. Que saque la espada y me defienda de víboras, pirañas y putas. Alguien que cosa disfraces a mis días malos y los convierta en buenos. Que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Que no de por hecho que siempre voy a estar ahí pero que tampoco lo dude. Que no me haga sufrir porque sí pero que no me venda amor eterno ni me lo ponga fácil.Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y que me haga reir hasta cuando no tengo ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio.Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo los días de resaca. Que si se pone animal, sea solo en la cama, y me mate a besos por la mañana. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo, y se ría de mis celos de hojalata. Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.
:)
lunes, 25 de junio de 2012
domingo, 24 de junio de 2012
:)
Hay cosas que uno no puede hacer solo, discutir, subir y sujetar una escalera a la vez, doblar una sabana de esas de cama de matrimonio. Yo toda mi vida siempre he pensado que lo ideal es vivir en pareja, por muy extraña que sea la pareja. De hecho hay parejas que se convierten en tríos. Parejas que se quedan sin parejas porque no se puede evitar el miedo a no estar a la altura. Hay parejas que son imposibles por definición por historia y por física, aun que no por química. O parejas que la química se a ido gastando aun que comparte una familia. familias donde hubo una pareja. Parejas fueron en algun momento y ya no son nada. y eso es lo que mas miedo da en la vida cuando la pareja se rompe, sea por lo que sea. La primera sensación es pánico un miedo atroz al cambio, a la perdida de control en nuestras vidas. Un miedo atroz a estar solo. Pero cuando se llega a esa soledad uno se da cuenta que la ruptura puede llevarnos a un lugar mejor hoy es el primer día del resto de mi vida. Porque desde hoy creo que lo mas importante en esta vida es saber volar solo.
Tontamente nos estamos perdiendo....
Pienso que estamos haciendo el inútil, porque lo único que vamos a conseguir vamos a ser perdernos. Jugamos a un juego peligroso. Si tu haces, yo hago. Y hay veces tienes que perder el orgullo. Yo ya noto que te estoy perdiendo, me duele muchísimo porque te amo como a nadie .Somos como dos extraños. Pero hay veces hay que afrontar la realidad. Soy fuerte pero esto me supera. Me supera que poco a poco nos estamos alejando. Cada día damos un paso más a la calle del olvido. Y todo por culpa de los dos.
miércoles, 20 de junio de 2012
Estar sentada y ver como todo cambia...
No se porque pero solo se expresarme por letra, por palabras escritas. Aun que esto se pueda quemar y no importar nada. De la noche a la mañana dar un vuelco en tu vida. Sentirte vacía aun que lo tengas todo. Sentirte a ala defensiva de todo porque piensas que el mundo va contra ti y esta vez nadie puede evitarlo. Ni si quiera lo intenta. Pasar el tiempo y ver como las personas que estuvieron a tu lado se desvanecen. No poco a poco se van de golpe y tu te quedas ahí mirando como pasa, si poder hacer nada. Esa persona que siempre a estado ahí, sentir que poco a poco te va dejando de querer. Que ya eres una costumbre y no una necesidad. No lo sabe pero poco a poco va dejándome vacía. El intenta que este bien, pero no lo intenta suficiente. Es como intentar llenar un vaso alguien que tenga parquiso, y lo derrame todo fuera. Lo intenta pero no es lo suficiente y llena muy poco. Veo que todo el mundo cambia... o a lo mejor soy yo la que esta cambiando no lo se... Pero esto puede ser que no lo aguante más...
miércoles, 13 de junio de 2012
por pedir, pideme mil noches a tu lado.(21)
Había más gente de lo habitual. Un alboroto que no te podías oír ni tus propios pensamientos. Vio a lo lejos una gran pancarta, un muchacho con un megáfono. Puede ser que le sonara la voz pero no podía creer que fuera él. Allí en lo alto de ese escenario. Y al verla dijo:
-Puede ser que hayamos perdido muchísimo tiempo. Más de lo que deberíamos. Pero nunca dudes que todas las noches pensé en ti. Todos los días te echaba de menos. Pero lo siento ¿vale? Todo el mundo comete errores. Pero por culpa de nuestro orgullo pasaremos la vida lamentándonos por no haber dado el paso de no cumplir nuestras promesas. Y como dije en el mensaje “Sera un día para recordar.” Tú decides si quieres recuperar el tiempo perdido. Si quieres pasar el resto de mi vida junto a mí. Me da igual si quieres ir a la playa tener 4 hijos o 9. Me da igual todo porque me he dado cuenta de que una vida sin ti es algo tan vacío, tan triste...
Se hizo un silencio sepulcral. Ella lo miro y sonrió. Y de pronto sacó algo del bolsillo. Una pequeña caja de terciopelo. Se arrodilló y la pancarta enrollada se desenrolló. Ponía: Al perder tanto tiempo quiero recuperarlo; así que ¿QUIERES CASARTE CONMIGO?
Ella salió corriendo y sin dudarlo le dijo que sí. Le dijo al oído: -¿Ves? Los finales felices y los para siempre también pasan en la realidad, también existe.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(20)
Ella no esperaba visita. Tocaron al timbre y fue un señor bastante guapo, atractivo. Con su melenilla y un poco de barba. Iba en vaqueros con una simplona camiseta blanca. Estaba con un gran ramo de flores y una caja de bombones. Y un pequeñito sobre rojo. El señor se lo dio sin dar explicaciones. Ella pensó –Otro más que se va sin dar explicaciones. Y sonrió con una sonrisa triste y apagada. Abrió el sobre y ponía:
“Perdón por incumplir mis promesas…Pero quiero recuperar el tiempo perdido; nunca es tarde ¿no? Te amo”
Y en otro sobre ponía:
-Pasa el tiempo y no mis ganas. Se acaban los días, pero no mis sentimientos. Quiero llegar al cielo contigo, pero estando en tierra. Quiéreme más hoy, pero menos que mañana. Susúrrame al oído que te marchas, pero que me llevas contigo. Ríete con la gente, sonríe conmigo. Salta de alegría, alegría de tenernos. Duerme e inclúyeme en tus sueños. Habla, cuéntame tus mañanas.
Ella no sabía ni cómo reaccionar. No le dio tiempo. Sonó el teléfono y leyó que se pusiera su mejor ropa y que fuera a la plaza donde quedaba siempre. Que iba a ser un día para recordar. Ella pensaba que era alguna amiga y se arregló y se fue para allá.
Por pedir,pideme mil noches a tu lado (19)
Fueron las semanas más duras de su vida. Tenía los exámenes finales, y quería terminar su carrera. No quería perder la oportunidad de su vida. Había esperado tanto este momento que no lo podía arruinar. Debía concentrarse. Y así lo hizo. Se concentró al máximo para poder cumplir su sueño. De ir a Londres y hacer prácticas allí. Le costaba bastante, ya que no se quitaba la idea de la cabeza. Pero eso es lo que hace la gente madura, ¿no? Intentar que tu vida personal no impida arruinar tu vida laboral. Llego el día para hacer el examen. Ella al despertarse fue a tomar una tila porque le temblaban desde la punta del pie hasta la última punta de su pelo. Esperaba que todo le saliese bien. Aprobó con máxima nota. Se había matado a estudiar. Sin dudarlo después de que le dieran las notas decidió irse a su pueblo a darle la noticia a su familia. Y decidió quedarse allí una temporada. Puede ser que fuera un error ya que Manuel también vivía allí. Pero necesitaba el calor de su familia, un abrazo de su madre, unos cuantos gritos de su hermana por haberle tocado algo del cuarto. Una buena fiesta con sus amigas. Y se acercaban las fiestas del pueblo. Era julio. Sabía que a él se lo iba a encontrar. Y así fue. Él se quedo mirándola fijamente, para saber si era ella. Había cambiado demasiado. Se acercó rápido hacia ella. Ella se asustó. No podía comprender qué hacía. Me dijo que quería hablar conmigo me lo explicaría todo. Ella quería saber el porqué pero era bastante orgullosa. Y empezó a tartamudear, a ponerse nervioso. Su cabeza no podía entender tanta contradicción. Así que terminaron las fiestas y se fue a Madrid a recoger todas sus pertenencias. Se quedó un par de días allí.
martes, 12 de junio de 2012
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(18)
Y guardaba
esa esperanza, que algún día volviese y le diera alguna explicación. Pero
debería ser fuerte.
Ella le decía que algún día se tragaría todas sus promesas. Que no
hiciera promesas en vano. Y así fue. Se las tragó. Era un día como otro cualquiera. Con
su rutina. Levantarse para ir a la universidad, e irse a casa a comer. Estudiar
y hablar con el amor de su vida, Manuel. Bueno, eso es lo que ella pensaba. Que
era un día normal, lo de siempre. Tirarse las horas muertas hablando con él.
Pero de pronto sonó el teléfono. Era un mensaje. Ilusionada lo leyó. Pero las
lágrimas brotaban por su mejilla, tan veloz que en medio segundo se empaparon
enteras. No podía creer lo que había leído: “Lo siento, pequeña pero no me
llames, no me busques. Lo único que harás será empeorarlo todo. Te quiero.” En
su cabeza rondaban muchas preguntas, dudas. ¿Qué me quieres? Si me quisieras no
me haría ni una pizca de daño. ¿Sería todo un fraude? ¿Era todo mentira? Tantos
años tirados por la borda. Ahora se explicaba muchas cosas. Pero ella notaba
como su mundo caía, se derrumbaba. Toda su felicidad se ahogaba en un mar de
lágrimas. Lo único que pensaba era que no quería vivir un mundo sin él. Estuvo
encerrada en su cuarto más de una semana, sin salir. Casi no comía nada. No
cogía el teléfono. No le apetecía hacer nada. Solo le apetecía estar sola. La
gente de su alrededor se preocupaba por ella. Era algo muy normal. La querían.
Entonces se dio cuenta de que debería aprender a quererse un poco más. Se juró
a sí misma que a partir de entonces su felicidad dependería de ella. De nadie
más. Que la vida es muy corta para estar llorando por el pasado. Que llorando
no se iba a solucionar nada y menos iba a volver. Aunque eso era lo que más
deseaba: que volviese. Así que
volvió con su rutina. La de antes. Iban pasaron las semanas. Y poco a poco se
iba olvidando de él. Al menos hacía el intento, se tenía que hacer a la idea de
que tenía que olvidarse de él. Mejor dicho, a vivir sin él. Sería
maravilloso poder estar tranquila... Cerrar los ojos y volver a ver lo que uno
quiere... Cerrar los ojos y soñar... y disfrutar sin miedo y saber que todo
esto era una pesadilla. Que se despertara y fuera una gran pesadilla. Que se
levantase y se lo contase todo. Y después se riera como hacía siempre de sus
miedos o sus pesadillas. Porque en realidad eran bastante impresionantes.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(17)
Iba pasando el tiempo y le seguían brillando los ojos al mirarse. Se
seguían poniendo nerviosos. Se iban haciendo mayores y las responsabilidades y
sueños los perseguían. Ella quería formarse en la universidad de Madrid para
estudiar periodismo e ir a Londres. Él estaba formándose para ser cocinero, un
gran cocinero. Se veían solo en puentes y durante las vacaciones. Se echaban de
menos. Pero pronto cumplirían su sueño, no se sabe cuál de los dos. Ya que él
quería vivir en el campo en una casa humilde y acogedora. Y ella quería una casa en la playa donde
formar una pequeña familia. Pero antes quería conocer mundo, viajar. Ella no quería ser la típica periodista que
salía por la tele y se hacía famosa.
Ella quería ser una periodista de revista e irse a Londres un par de
años. Él temía lo que podría pasar ya que estaban muy lejos el uno del otro. Su
miedo aumentaba cada vez más. Que ella pudiera encontrar alguien mejor que él.
Que le pudiera llenar como él la llena. Ella siempre le decía que eso era
imposible. Que le quería a él y solo a él y cuando estaba con
él, el corazón le latía a dos mil por segundo y cuando eso pasa se daba cuenta
que solo con él estaba bien...
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(16)
. El problema que tenía era que no confiaba en nadie y a ella eso le
fastidiaba bastante porque no podía confiar en ella. Él sabía que algún día lo
que tenían iba acabar, porque ella era tres años más joven y tenía que vivir
todavía la vida. Experimentar. Ella le decía que no, que para qué experimentar
si ya tenía el amor de su vida. Si algún día se acabara sería por algún motivo
enorme.Iban pasando el tiempo y la verdad que ella lo quería como el primer
día. Sí, era
adicta a su risa, a reír con él y a pasarse las horas haciéndole enfadar para
que le saque una sonrisa...Y que él después se riera. Esa sonrisa que me
encanta tanto, con esos hoyuelos y esas sonrisita de pillín.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(15)
En su relación no era todo empalagoso. Eran como dos niñitos
jugueteando. Siempre se estaban pegando el uno al otro. Lo que ella siempre
recordaba era que él no era el típico chico salido, que solo está con las chicas para vacilar. Era un chico al que
había que echarle tela, pero en el fondo era muy sensible y no le importaba
decirle delante de la gente que la quería. Pero no creía en los finales
felices, en comieron perdices ni nada por el estilo. A decir verdad era
bastante simplón. Ella tampoco creía en esas cosas, pero sí en los para
siempre.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(14)
. Un día se
lo preguntó y él dijo:
-No. No es
como lo hago yo, es como lo haces tú. Cómo puedes estar en mi mente las
veinticinco horas del día en mi cabeza… Ella le interrumpió y le dijo:
-¿Veinticinco?
No existe esa hora. -Lo dijo con voz burlona porque sabía a lo que se refería.
Se lo había dicho millones de veces pero nunca se cansaba.
-Tonta, que
eres una tontorrona. Solo lo haces para hacerme rabiar. -Él sonrió y prosiguió.
-Que la hora
me la invento yo para poder estar más a tu lado. Por esa sonrisa, que pareces
una ratilla. Ella lo miró con cara de
querer matarlo.
A veces pienso que si con la
mirada se matase, más de uno estaría muerto. Le molestaba mucho que dijera lo
de su labio, ya que su labio de arriba no le gustaba. Porque era bastante fino
y el de abajo era demasiado gordo. Cuando sonreía no se le veía el labio
superior, solo se le veían las encías y los dientes. A ella no le gustaba
aunque se pasara las horas riéndose.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(13)
Tan diferentes y a la vez tan iguales. Ella era muy rara y él aun más.
Tenían cosas que ellos mismos ni lo entendían. Tenían un lunar en el glúteo
derecho del culo. Exactamente en el
mismo lugar, de la misma forma. Parecía hecho a propósito. Ella se reía que como
una casualidad tan tonta pueda parecer tan maravillosa. Ella pensaba que estaban
hechos el uno para el otro. Por esa simple casualidad. Sabía que era una
bobada, pero era una bobada de ellos. De su relación, su historia de nunca
acabar. Parece una historia de color de rosa, pero de eso nada. Había sus pros
y sus contras. Las pequeñas manías de él y lo desordenada que era ella. Ella en
realidad era un desastre en todo, pero eso era lo que a él le encantaba de ella
, sus niñerías, sus torpezas, sus meteduras de pata , que no eran pocas. Pero eso
a ellos los fortalecía. Tenían sus peleas, sus cosas, pero en realidad eso les
unía más. Ella pensaba que cómo lo hacía. Cómo hacía que no pudiera estar un
día sin él, sin sus besos. Cómo conseguía hacerle la persona más feliz del
mundo con tan solo una mirada o una pequeña y tímida sonrisa, que cómo con tan
solo estar a su lado se le esfumasen sus problemas como el humo de un cigarro. Cómo puede lograr
que sea él el centro de su mundo, que sea su vida, su razón de existir, su
razón por la cual sonríe todas las
mañanas.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(12)
Un día ella
estaba tumbada en la cama echada en él y le dijo:
-¿Me
prometes que siempre estarás junto a mí? Él se rió y la besó.
- Te lo
prometo.
-¿Por qué te
ríes?
–Porque es una tontería que te lo prometa.
-¿Por qué?
Ella lo miró con cara enfadada, sin entender por qué decía eso.
–Porque lo
iba a hacer sin que me lo pidieras.
Ella sonrió y pensó soy la chica más afortunada del mundo por el simple
hecho de que siempre lo voy a tener a mi lado. Si digo la verdad, hacían buena
pareja, parecían hechos el uno para el otro.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(11)
Paula se emocionó mucho. Se le hizo una sonrisa de oreja a oreja. No
podía creer todo lo que le había dicho. Se quedó sin palabras. Lo único que
hizo fue darle un abrazo y un beso. Y le sonrió. El único defecto que tenía
Manuel o el único que le podía molestar era lo celoso que podía llegar a ser,
pero es como dicen: si una persona se pone celosa es porque le importa y no
quiere perderla. Que no confiara en ella. Pero la verdad es que no le
importaban sus imperfecciones, ya que las personas que tienen defectos son las
más perfectas. Él se lo había dicho millones de veces. Que si se ponía celoso
era porque le importaba. Porque podía llegar otro mejor que él y ocupar su
puesto. Eso él no lo quería para nada. Él quería que estuvieran siempre juntos
y si no siempre la mitad de su vida todo el tiempo que pudiera, iba a estar con
ella. La protegería de todos sus miedos. Él siempre iba a estar con ella en lo
bueno y en lo malo.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(10)
Lo que más le gustaba era tumbarse y estar echada en su
pecho, escuchar cada latido de su corazón. Saber cuándo estaba más nervioso y
cuándo no. Un día le dijo:
-Me encanta
oír los latidos de tu corazón.
-Ah, ¿sí? ¿Y qué dicen?
-No lo sé. Dímelo tú. -Paula se quedó pensativa.
-Pues dicen que laten gracias a tu sonrisa, a que tu
estás a mi lado. Dicen que si pudiera se mudaría a tu cuerpo sin pensárselo dos
veces. Porque eres perfecta… Paula lo cortó y dijo:
-No soy perfecta y lo sabes…
-No me importa, para mí eres la niña más perfecta del
mundo, aunque tengas miles de defectos, no me importa. Pero, ¿sabes qué más
dicen mis latidos?
-¿Qué?
-Que te
quiere con locura. Que eres lo mejor de mi vida y si te digo la verdad no te
cambiaría por nada ni nadie de este mundo, ni del universo.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(9)
Cada día que
pasaba con él era irrepetible. Cada día él
la enamoraba aún más, ya que decía que a una mujer se la tiene que
enamorar todos los días. Solo necesitaba
su presencia, su sonrisa, su mirada. Que
le diga que puede hacerlo todo lo que se proponga. Necesitaba un mundo a solas
él y ella, el cielo, el mar y una tímida estrella. Que con sus caricias
sobraba, que con sus besos bastaban. Que nadie le llena como él lo hacía, que
tenía el don de hacerla feliz. Cada minuto que pasaba estaba más convencida de
que a él le hicieron a su medida. Cada momento era inolvidable. Puede que
siempre hicieran lo mismo, pero a ella le encantaba, nunca se cansaba. Pasar
las horas muertas metidas en su habitación viendo películas, no importaba si
era de comedia, drama, miedo o romanticismo. Lo importante era que pudieran
pasar las veinticuatro horas del día juntos, todo el tiempo que pudieran.
Comiendo palomitas, esos sándwiches que le hacía y con mucha mantequilla. A
ella no le gustaba con poca, porque si no sabían a quemados. No le importaba
donde estuvieran mientras estuvieran juntos. Porque no importaba lo que había a
su alrededor. Podía haber miles de tanques, bombas nucleares, la Tercera Guerra
Mundial, millones de personas y lo único que le importaba era él, porque cuando
estaba con él todo desaparecía, se paraba el tiempo. Es como si sobrase lo
demás.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(8)
. Fueron pasando los días y más lo iba queriendo. Su
sentimiento iba creciendo cada vez más, según pasaban los días. Pero ella lo
que no entendía era como algo tan grande, tan enorme, se podía convertir en
algo más grande aún. Llegó el día de San Valentín. Era el primero para ellos
que lo celebraban con alguien muy especial. Así que lo querían hacer a la
grande. Algo bonito que nunca se le olvidara a ninguno de los dos. Llegó el día
esperado. Ella no sabía qué le iba a hacer y viceversa. Quedaron para cenar.
Ella estaba verdaderamente nerviosa. Ya que sentía que no tenía la suficiente
confianza con él. Le hizo una cena espectacular. Era como una película. De estas
cosas que dices no son posibles. Y en tu interior hay una vocecita que chilla y
dice: -¿Quién puede pellizcarme? , porque es algo increíble. Pero uno de sus
dones -por así decirlos- era ser detallista y "cocinitas". Cuando lo
vio no podía creerlo. Estaba toda la habitación llena de velas. En el centro
había una pequeña mesita. Con muchos cojines de colorines y alrededor llena de
velas perfumadas. Era la cena ideal, romántica, que ella había deseado siempre.
En modo hippie o musulmán, occidental. Le encantó. Claro está, no era el
chico perfecto, que dio en el clavo. Se lo sacó a ella o a su hermana. Le hizo
un pollo con verduras y un poco de patatas. De postre hubo todo tipo de frutas.
También había fuentes de chocolate y nata para mojarlas. Un ambiente tranquilo con música tranquila.
Después de ver todo lo que él le había hecho, comparado con lo suyo era una
auténtica chapuza. Le escribió una carta realmente bonita. Un álbum con unas
cuantas fotos de ellos y frases bonitas. Lo metió en una caja de cartón. No de
las ordinarias, sino de las bonitas. En el sobre le pegó una rosa de chuche y
un vídeo. Fueron muy originales. Una noche para recordar, lo que ellos dos
querían.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(7)
Al día siguiente estuvieron todo el día juntos. Seguía
pensando que era demasiado bonito para ser verdad. Llegó a su casa y pasaron un
tiempo hablando por teléfono. Ellos estaban tan ilusionados. Parecían dos críos
chicos cuando les dan un caramelo o algo que les gusta mucho, pero es como
dicen: así se sienten los enamorados, como dos críos chicos, siempre sacan su
lado más infantil. No les importa hacer locuras el uno por el otro o juntos,
porque en el amor quién no ha hecho locuras o no ha amado nunca a nadie. Cuando
ese veintinueve de noviembre, justamente a las doce y cinco de la noche, su
vida cambió por completo. Bueno, a decir verdad cambio el día en que él entró
en su vida. Esa frase que marcó sus días, su vida. Esa bonita frase ella no la
podrá olvidar. “Si yo te gusto y tú me gustas, ¿por qué no poner fecha a lo
nuestro, a nuestras historias?” Paula se quedó asombrada. No sabía ni qué
decir. Pasó todo tan rápido, en un abrir y cerrar de ojos. Dijo que sí, que
quería intentarlo. Creía (bueno,
aseguraba) que iba a salir bien. Decidió que desde ese día quería escribir una
historia inacabable con él. Era el comienzo de una gran historia. Su historia. Antes siempre dudaba, no sé si saldrá bien, no sé si
le quiero, no sé si lo voy a necesitar como él quiere que lo necesite, no sé si
le haré feliz, siempre estaba el no sé…
Pero siempre quedaba esa duda envuelta en el aire, que la cogía y la soltaba
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(6)
Ella sentía miedo,
sentía miedo al compromiso, a comprometerse a una persona y no poder hacerle
feliz. A ella no le importaba su felicidad: mal hecho por ella, pero le
importaba más la felicidad de los demás que la suya. Y pensaba que eso ella no
se lo merecía. Era demasiado bonito para
ser cierto. Se lo dijo a Manuel. Él lo
único que podía hacer era esperar a que ella se aclarase. Solo le dijo una cosa
que a ella le llegó muy hondo. Le hizo reflexionar mucho.
-No
temas... Cógeme de la mano, fuerte, muy fuerte y no me sueltes, si confió en ti
es por algo, me da igual todo, y todos los obstáculos que puedan existir los
atravesaremos juntos, solo si quitas ese miedo de tu cabeza y escuchas más a
tus sentimientos... Sé que esto saldrá bien...
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(5)
Se sentía
viva, feliz como un niño pequeño cuando le dan su piruleta o su nuevo juguete.
Algo en su interior iba creciendo. Poco a poco se convertía en inmenso, y
pensaba, ¿cómo en tan poco tiempo se podía sentir algo tan grande? Los dos lo pensaban. Pero el amor no avisa,
tú no eliges de quien te enamoras ni cómo ni cuándo ni el porqué. Eso es algo
inexplicable pero existente. Llega sin más y no lo hace poco a poco, sino a lo
grande, a lo bestia. Sin importar lo que pueda arrasar, sin importar el daño
que pueda hacer. Pero tú no puedes ir a contracorriente. Quieras o no te
arrastra hasta llegar a tu destino.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(4)
El día
veintisiete de noviembre, un domingo frío, ella decidió decirle que si le
apetecía verle. Tardó un tiempo en contestarle. Ella se puso nerviosa, no podía
soportar la idea de que le pudiera decir que no, que la rechazaran, ya que
nunca había sido rechazada por alguien tan especial. Él cedió. Paula pensó que
fue maravilloso. Fue tan increíble ver como estaba allí con esa sonrisa,
esperándola. Algo le recorrió el estómago y la sonrisa se le dibujó sola. Una
sonrisa de oreja a oreja. Ella no entendía cómo podía estar tan nerviosa. Por
supuesto Manuel, aún más. Paula no podía parar de hablar. Él la miraba a los
ojos fijamente, no le quitaba la mirada de encima y aún más nerviosa le ponía. Los nervios la
mataban, pero fueron pasando los minutos y ella más a gusto se sentía, más relajada, como si lo
conociera de toda la vida, como si pudiera contarle su vida entera sin
importarle nada. Él tenía la fea
costumbre de no ponerse chaqueta. No le gustaba o tal vez era la estúpida
excusa de que ella pudiera estar junto a él, muy cerquita, para darse calor. Dicen
que el frío se inventó para poder decir tengo frío, y decir a gritos abrázame y
no me sueltes nunca. Hacía bastante frío, aunque Paula llevaba solamente un
rebeca fina y una camiseta de tirantes. El parque era probablemente el más feo
de la ciudad, pero a ellos se les hizo el más bonito del mundo. Tenía un olivo
en un lado y un par de columpios pintados, medio rotos. Había unos grandes
escalones por todo el parque que servían para sentarse, llenos de grafitis. Le
llamaban el parque del olivo. Hubo miradas traviesas, miradas intensas, miradas
de deseo, de complicidad. Eran los ojos más sinceros y hermosos que ella había
visto, que le hayan mirado nunca. Sin más, sin esperarlo surgió de la nada un
beso. Puede ser que el beso más intenso nunca antes dado. Un beso de los que te
marcan, de los que te hace subir al cielo teniendo los pies en la tierra, de
los que se nota como se puede tocar las nubes con las yemas de los dedos, de
los que se te eriza la piel, de los que se cuenta con los dedos de las manos.
De esos besos fue.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado (3)
Manuel se
notaba que le gustaba de verdad. Sus propias amigas y la gente que le rodeaba
se lo decían a Paula. Ella no estaba dispuesta a que le hicieran daño de nuevo,
así que antes de dar un gran paso que podía llegar a marcar su vida, debería
informarse de la vida de Manuel. Ella sabía que era un ligón. Estaba cada fin
de semana con una chica distinta. En mi pueblo se llama buitre. Eso le asustó
aun más pero gracias a una amiga suya se
enteró de que desde que la conocía a ella había dejado de serlo. Le halagó
mucho. Él estaba haciendo lo posible para que ella se fijara en él y para que
quedasen. Que pudiera sentir algo hacia él. Paula quedó con un chico y no era
Manuel. Se enteró a los días. Se decepcionó. Pensó que lo tenía todo perdido,
que era una pérdida de tiempo. Que no iba a tener nada con ella. Paula se
enteró de que Manuel lo sabía. Algo dentro de ella le dijo que no podía
perderle así como así. Valía demasiado la pena para dejarlo escapar tan
fácilmente. Y si lo dejaba escapar se arrepentiría el resto de su vida.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(2)
–Yo tampoco había
pensado que él fuera el motivo de mi estúpida sonrisa, esa sonrisilla de oreja
a oreja -pensó Paula- y mientras sonreía
soltó un largo suspiro.
Había veces que pensaba que era demasiado bueno para ella, para que
fuera cierto, demasiado bonito para ser verdad. Ella no se merecía tanto, era
demasiado para ella. Él era como un príncipe azul: apuesto, guapo, simpático,
romántico, detallista, atento. Era perfecto. No le veía ningún defecto. Aunque
le daba vueltas y vueltas. La verdad, ella no era de príncipes azules, era más
bien de príncipes verdes, personitas raras que no llamasen la atención. Y eso a ella le daba miedo. Le daba miedo
volver a enamorarse, volver a sufrir por
un hombre. Su corazoncito no podría aguantar más dolor, aunque ella se
consideraba bastante fuerte. Siempre iba sonriendo, iba feliz. Siempre con
positividad. Pero esta vez le daba miedo, mucho miedo. Era mayor que él y no
sabía cómo iba a reaccionar, ya que ella era muy infantil.
Por pedir, pídeme mil noches a tu lado.(1)
Paula empezó a recordar
cómo era feliz hace unos años. Ella estaba en Londres cumpliendo su sueño. Todo
empezó un día de noviembre cuando un chico se fijó en ella. Paula sabía quién
era, pero nunca se había parado a pensar que ese chico fuera algo especial en
su vida. Nunca habría imaginado que pudiera estar a su lado. Algo tan especial
que nunca se le podría olvidar. Dulce, su mejor amiga, le dijo que era muy
tímido y le tenía miedo al rechazo, a enamorarse otra vez y que le hiciera daño
como la última vez se lo hicieron. Decidió hablarle ella. Empezaron a hablar.
Pasaron los días y ya era costumbre
hablar con él. Pero Paula estaba tan cegada por otro chico que no se daba
cuenta de lo que podía perder, que le pudiera llegar a gustar tanto. Ella se
dio cuenta de que el otro chico no valía la pena, que ya no sentía nada por él.
Había tenido tantas oportunidades y todas desaprovechadas, todas tiradas por la
borda. Así que decidió olvidarse del otro chico e intentar tener algo con el
otro, Manuel. Día tras día la iba conquistando con sus pequeños detalles, sus
tonterías, sus mensajes. Le enviaba mensajes muy bonitos. De esos que cuando
los lees te sube un cosquilleo de la barriga, eso llamado mariposas y lo único
que haces es sonreír y piensas: “Esto es demasiado bonito para ser verdad. Es
un sueño”. Su primer mensaje fue el que más le gustó, fue precioso. Ella no
esperaba ningún mensaje de él. Nadie
podía quitarle esa sonrisa en la cara, nadie. Y algo en ella nació, lentamente
se sintió la persona más feliz del mundo por el simple hecho de tenerlo a él.
Se sintió única.
-Porque quizás un abrazo o un beso en el momento más oportuno se convierte en el desencadenante del resto de tu vida, porque quizás esa milésima de segundo que notas que esa otra persona es para ti, te invade esa sensación que es una mezcla entre alegría y pánico, porque quizás una sonrisa en un momento sea capaz de hacerte enloquecer o una mirada transmita tanto que es absolutamente incapaz de ser borrada, porque quizás un paseo a lo largo de la calle más "cutre" de toda la ciudad, mientras el cielo está nublado, se puede convertir en un viaje al País de Nunca Jamás, porque quizás la alegría sea el bien más preciado de este mundo sea aquello que nos motiva a seguir viviendo aquello que consigue sacarte una sonrisa en un mar de lágrimas, pero desde luego lo que nunca me había parado a pensar es que algún día quiero que seas tú la culpable de esa alegría tan tonta.
-Porque quizás un abrazo o un beso en el momento más oportuno se convierte en el desencadenante del resto de tu vida, porque quizás esa milésima de segundo que notas que esa otra persona es para ti, te invade esa sensación que es una mezcla entre alegría y pánico, porque quizás una sonrisa en un momento sea capaz de hacerte enloquecer o una mirada transmita tanto que es absolutamente incapaz de ser borrada, porque quizás un paseo a lo largo de la calle más "cutre" de toda la ciudad, mientras el cielo está nublado, se puede convertir en un viaje al País de Nunca Jamás, porque quizás la alegría sea el bien más preciado de este mundo sea aquello que nos motiva a seguir viviendo aquello que consigue sacarte una sonrisa en un mar de lágrimas, pero desde luego lo que nunca me había parado a pensar es que algún día quiero que seas tú la culpable de esa alegría tan tonta.
lunes, 11 de junio de 2012
La felicidad.
Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día.Y no nos damos cuenta que es ella la que tiene que encontrarnos y eso sera donde menos te lo esperas.En el instituto, en el supermercado o en mitad de una huida. Y cuando llega descubres que hay no acaba todo, que el final de un camino solo es el principio de otro. Y lo único que importa es la persona que escoges para que camine a tu lado... Y esconderse es lo que menos te importa. Lo que te importa es que estas tocando con la yema de los dedos eso que as estado soñando toda tu vida. Y ya solo importa el hoy, el presente y lo que queda por venir.
domingo, 10 de junio de 2012
Lo repetiría una y otra vez...
Sé que hemos pasado por altibajos como una montaña rusa. Pero recuerda siempre que me vas a tener a tu lado. Que eres lo más importante que he tenido en mi vida y tendré. Y quiero que siga siendo así. Si te digo la verdad nunca me a importado lo que a dicho la gente y ahora no va ha ser menos. Porque lo único que me importa eres tú, nadie más. Nunca he creído algo que no he visto. No se porque dudé de ti. Te prometo no hacerlo nunca más. Porque a decir verdad eres único. Tan raro , tan simple. Si me dieran a elegir un día al que pueda revivir sin duda repetiría el día 27 de noviembre, el día que quedemos por primera vez. Porque hay fue cuando estaba enamorada de ti y yo ni lo sabía. Tú fuiste quien cambio mi vida por completo. Mi forma de pensar y ver las cosas.porque me enseñaste a muchísimas cosas. Pero lo que más me enseñaste fue quererte como a nadie.
martes, 5 de junio de 2012
TODO EN ESTA VIDA TIENEN UN LIMITE.
Hay veces que me siento impotente, pequeña. Todo lo ves de color negro o quizás gris.Todos los colores feos y oscuros que se conocen hoy día. Te levantes sin ganas pensando, deseando que llegue la noche para dormir y que todo esto se pase rápido. Pero la vida no es justa, los buenos momentos se pasan volados en un cerrar y abrir de ojos y los malos, parece que se te echa el mundo encima, te ves tan diminuta que parece que todo es inalcanzable que las cosas buenas nunca llegan y si digo la verdad TODO EN ESTA VIDA TIENEN UN LIMITE. Hay veces que pienso que si desaparezco del mapa nadie se preocuparía. Que solo necesito explotar, quitarme todas las cosas que tengo acumuladas, quitarme de encima y cuando lo haga me abre quitado un grandísimo peso de encima...
domingo, 3 de junio de 2012
Tan perfecto, tan raro.
Si rompo a llorar no es por que sea una niñata que necesita que la presten atención, es por que con cada lágrima procuro simbolizar en cada momento en el que he pensado en ti y te he echado de menos a lo largo de los días. Si me visto de manera que tu me veas guapa no es por que me guste provocar, es por que simplemente quiero que te mueras de celos por que otros hombres me miren y me deseen a mí y así yo te resulte irresistible e irrenunciable. Si me río con cada palabra tuya no es por que me hagan gracia tus frases es por que estoy imaginando si tu supieras cada pensamiento que se me pasa por la mente, de lo que tu y yo podríamos llegar a ser. Si me hago la sorda cuando me llamas es por que simplemente quiero escuchar de tu boca mi nombre tantas veces como luego recuerdos pueda llegar a tener a solas y así pueda enfrentarme a las sueños surrealistas con más optimismo. Si hago que parezca que tengo mucha seguridad en mí misma, es para encubrir el pensamiento irracional de querer comerte a besos. Si te digo que ya sé que te encanto en realidad quiero decirte que me gustas, me gusta la sensación de que seas difícil, que me compliques la situación, me gusta que estés prohibido, me gusta que muchas veces no me gustes pero a pesar de eso tu vengas a por mí...me gusta lo raro que es, me encanta que te cueste reconocer lo que tu y yo sabemos.Me encanta que te pierdas en mi mirada y que te sonrojes con mi sonrisa que sé te encanta tanto como a mí la tuya.Sobretodo, me encanta que se quede en eso, en que es simplemente nuestra rareza.
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