Ella sentía miedo,
sentía miedo al compromiso, a comprometerse a una persona y no poder hacerle
feliz. A ella no le importaba su felicidad: mal hecho por ella, pero le
importaba más la felicidad de los demás que la suya. Y pensaba que eso ella no
se lo merecía. Era demasiado bonito para
ser cierto. Se lo dijo a Manuel. Él lo
único que podía hacer era esperar a que ella se aclarase. Solo le dijo una cosa
que a ella le llegó muy hondo. Le hizo reflexionar mucho.
-No
temas... Cógeme de la mano, fuerte, muy fuerte y no me sueltes, si confió en ti
es por algo, me da igual todo, y todos los obstáculos que puedan existir los
atravesaremos juntos, solo si quitas ese miedo de tu cabeza y escuchas más a
tus sentimientos... Sé que esto saldrá bien...
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